Mayor pérdida de peso, recortar los carbohidratos es una de las formas más efectivas de perder peso. Los estudios han mostrado que una dieta cetogénica produce una pérdida de peso de dos a tres veces mayor que una dieta baja en grasas, y que la pérdida de peso se mantiene durante más tiempo.

Mayor pérdida de grasa, y menos grasa visceral, hay dos tipos de grasa: 

 La grasa subcutánea  que es la que se mueve como un flan cuando saltas delante del espejo (la que se puede pellizcar) y la grasa visceral, que se acumula alrededor de los órganos internos.

 La grasa visceral es la más peligrosa, porque es uno de los factores del síndrome metabólico. Las dietas cetogénicas no solo hacen perder una mayor proporción del peso de la grasa, sino que también eliminan mayor cantidad de grasa de la cavidad abdominal.

Los triglicéridos son moléculas grasas que circulan en el torrente sanguíneo. Uno de los principales impulsores de los triglicéridos elevados en las personas sedentarias es el consumo de carbohidratos, especialmente el azúcar simple fructosa 

Las dietas bajas en carbohidratos son muy efectivas para reducir los triglicéridos en la sangre, que son moléculas de grasa que aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca.

La lipoproteína de alta densidad (HDL) a menudo se denomina colesterol “bueno”. 

Cuanto más altos sean sus niveles de HDL en relación con los LDL “malos”, menor será su riesgo de enfermedad cardíaca. Una de las mejores maneras de aumentar los niveles de HDL “buenos” es comer grasas , y las dietas bajas en carbohidratos se consume grasa buena (Insaturadas)

Si queremos mantener nuestro colesterol adecuado.

Mejora de la sensibilidad a la insulina y reversión de la diabetes, Cuando comemos carbohidratos, tras la digestión terminan convertidos en azúcar (glucosa) en nuestra sangre. La insulina es la hormona encargada de enviar la glucosa a las células para consumirla o (en la mayor parte de los casos) almacenarla. Pero a veces este sistema se rompe, y las células dejan de responder a la insulina, provocando una pérdida del control de la glucosa en sangre, que es la diabetes tipo 2.

Al tratar la diabetes con una dieta cetogénica se han experimentado grandes mejorías en la sensibilidad a la insulina, e incluso se pudo eliminar o reducir la medicación al 95% de los diabéticos que participaron en una de las pruebas .

La presión arterial elevada, o hipertensión, es un factor de riesgo significativo para muchas enfermedades, incluidas enfermedades cardíacas, derrames cerebrales e insuficiencia renal.

Las dietas bajas en carbohidratos son una forma efectiva de reducir la presión arterial, lo que debería reducir el riesgo de estas enfermedades y ayudarlo a vivir más tiempo .Cortar los carbohidratos conduce a una reducción significativa en la presión arterial, lo que debería reducir el riesgo de muchas enfermedades comunes.

El síndrome metabólico es una afección altamente asociada con su riesgo de diabetes y enfermedad cardíaca.  De hecho, el síndrome metabólico es una colección de síntomas, que incluyen: 

* Obesidad abdominal 

* Presión sanguínea elevada

* Niveles elevados de azúcar en sangre en ayunas

* Triglicéridos altos

* Niveles bajos de colesterol HDL “bueno”

Sin embargo, una dieta baja en carbohidratos es increíblemente efectiva para tratar los cinco síntomas. 

Este es el mecanismo detrás de la dieta cetogénica, que se ha utilizado durante décadas para tratar la epilepsia, Alzheimer y Parkinson. En muchos casos, esta dieta puede curar a los niños con epilepsia. En un estudio, más de la mitad de los niños con una dieta cetogénica experimentó una reducción de más del 50% en su número de convulsiones, mientras que el 16% quedó libre de convulsiones.

Las dietas muy bajas en carbohidratos y cetogénicas también se están estudiando para otras afecciones cerebrales, incluida la enfermedad de Alzheimer y Parkinson.

Es investigadora asociada en el departamento de Farmacología Molecular y Fisiología de la Universidad del Sur de Florida. Ella tiene un B.S. en Bioquímica y Biología Molecular, M.S. y Doctorado en ciencias médicas. La Dra. Poff centra su investigación en el desarrollo y caracterización de terapias no tóxicas basadas en el metabolismo para el cáncer y los trastornos neurológicos. Ha presentado su trabajo en muchas conferencias científicas nacionales e internacionales, incluyendo el Simposio Keystone sobre el metabolismo tumoral, la Federación de Sociedades Americanas de Biología Experimental y el Simposio mundial sobre terapias cetogénicas.

Asistió a la universidad Xavier para pre-medicina y al colegio de medicina de la universidad de Cincinnati y completó su beca en neonatología en el Hospital de la Universidad de Medicina en Charleston, SC. Practicó neonatología en Florida durante 30 años. Cuando a su esposo le diagnosticaron Alzheimer encontró una intervención nutricional, el aceite de coco. Él respondió dramáticamente al consumo de triglicéridos de cadena media (MCT) del aceite de coco, que produce cetonas cuando se consume. Para continuar con su legado, ella sigue siendo una ferviente mensajera de cetonas como combustible alternativo para el cerebro para el Alzheimer y otros trastornos. Es autora de tres libros y Oradora Internacional sobre el tema de las Cetonas como combustible alternativo para el cerebro.

Con su doctorado. En Ciencias de la Computación, tiene una impresionante historia trabajando en inteligencia artificial, ciencia cognitiva, computación centrada en el ser humano y emprendimiento en el Gobierno y la Academia. Es autor de cientos de artículos científicos y seis libros.

El Dr. Ford ha sido miembro del Consejo Asesor de la NASA desde 2007, y se desempeñó como presidente durante tres años. En 2010, recibió la Medalla de Servicio Público Distinguido de la NASA. El Dr. Ford ha recibido muchos premios y honores por su trabajo en Inteligencia Artificial y ciencia, y recientemente fue incluido en el Salón de la Fama del Inventor de Florida en 2017.

Tiene certificaciones de doble junta en Oncología Radioterápica y Medicina Integrativa y Holística. Actualmente, practica medicina en el Instituto de Cáncer de la Universidad de Pittsburgh y en el Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, donde también es profesor asistente. 

Su investigación se centra principalmente en un estilo de vida saludable, dieta, nutrición y ejercicio, y cómo actúan como mecanismos preventivos para la enfermedad.